La revisión de los
documentos históricos, desde mediados de los años 40 hasta el 90 del
siglo pasado, demuestran una política oficial occidental constante de
diversas potencias respecto a la “amenaza del comunismo en el planeta” y
las desastrosas consecuencias de éste en el caso de poderse aplicar.
Para ello, además de la acción violenta represiva en contra de todos los
intentos legítimos de construir sociedad con derecho a la equidad, se
usó la maquina mediática integral con el fin de trastocar la información
utilizando los más diversos instrumentos: hasta el emporio fílmico
produjo una alta gama de películas, destacando “Rambo”, aquel que
elimina a los soviéticos en un par de minutos demostrando la inutilidad e
ignorancia de estos combatientes…y la supremacía estadounidense con la
retórica del “mundo libre”.
Entre las denuncias de lo que
podría ocurrir si gobiernos proclives al “socialismo comunista” pudiesen
hacerse al poder y comenzar una gestión en ese sentido indican que, de
suceder aquello, los trabajadores serían sometidos a una humillante
esclavitud convirtiéndolos en zombies, sus casas serían expropiadas y
los propietarios de empresas serían fusilados y condenados a prisión
perpetua, además de sancionar a sus familias las que serían desplazadas
de sus tierras. Los niños educativamente estarían controlados en su
pensamiento y serían máquinas de trabajo servil, no pensantes.
Por tanto, lo fundamental era alertar al “mundo libre” y sus fuerzas
democráticas para que se opusieran con toda la fuerza del pensamiento y
la acción comprometida por “la paz” para impedir ese avance tenebroso,
tal como lo denominó Augusto Pinochet: “el cáncer del marxismo”; éste
debería ser extirpado de aparecer. Así se explica uno de los capítulos
más sobresalientes del siglo pasado en Afganistán, donde los soviéticos
debieron retirarse debido a una resistencia que melló su capacidad
ofensiva e incluso defensiva, todo ello gracias al apoyo de líderes
autóctonos organizados por Al Qaeda-CIA, aunque también mostrados
internacionalmente como sin interferencia extranjera y producto de
reclamos legítimos. Cabe mencionar el caso de Ucrania actualmente donde
se muestra una situación que emerge de modo “natural, espontáneo”, pese a
que ha sido preparado de antemano.
En los años setenta dicha propuesta de “mundo libre” no fue aceptada en
numerosos países y continentes, como es el caso de América Latina, lo
que condujo a las élites financiero militares a impulsar golpes de
estado sanguinarios que impidieron el avance social, el desarrollo del
aparato estatal y vendieron los países a los mejores postores
incentivando el aumento del índice per cápita y conjuntamente la pobreza
real.
Como un producto del desmoronamiento de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas-URSS- las élites del capitalismo quedaron con un
planeta tierra casi a su disposición y con la fuerza para arrasar
llevándose toda la riqueza y empobreciendo al “mundo libre”.
Lo cierto es que ocurrió algo paradójico: aquellos líderes y magnates
que acusaron al comunismo de comerse a los niños vivos fueron los que
implementaron todas las atrocidades denunciadas. Así millones se
educaron en lo público privilegiando lo privado y dejándolos
desconectados de la ilustración, la salud se volvió un elemento esencial
transable en el mercado, los salarios se convirtieron en flexibles y
las “pensiones de jubilación” un robo continuado y la tortura se volvió
permanente. No sin razón, Estados Unidos alcanzó la cifra récord de 80
millones de pobres en el 2013, es decir, la cuarta parte de la
población.
Hay que reconocer que dentro de los procesos socialistas hubo excesos
los que demostraron también niveles de represión similares a los
actuales, sin embargo, nunca tan altos como en siglos anteriores donde
el genocidio de los indios en Norteamérica y en el “descubrimiento de
América” fueron calculadas en millones de personas, o en la detonación
nuclear de Japón donde se cree que han fallecido producto de las
consecuencias propias del evento un número inimaginable de niños, además
de lesionar una generación completa. Irak o Libia son los nuevos
ejemplos.
Lo cierto es que se ha convertido en realidad la predicción tremenda
hecha por estos profetas de la desgracia según la cual el mundo sería
descompuesto por seres llenos de maldad. Fue la autoprofecía cumplida.
Hoy día, como producto de la investigación científica, se puede afirmar
que las élites del complejo militar financiero en el mundo han pasado de
una fase delirante (“somos seres superiores”), a una etapa más
preocupante cual es la de hacer efectivo el principio del negocio cueste
lo que cueste: si no es mío, tampoco será tuyo. Ucrania es el último
ejemplo típico pues si el trato de entregar el país a estos complejos a
través de la Unión Europea es invalidado, la idea es destruir esa nación
para que se entienda que con las fuerzas del capital no se juega y que
están en la capacidad de destruir a quien se oponga. Lo importante ahora
es evidenciar en el planeta, a través de los Medios, la fase en que se
encuentran.
Nunca hubo como hoy, incluso superando a Adolfo Hitler, representantes
de dictadores tan poseídos como para decir que podrán intervenir en
Siria o donde deseen. Afortunadamente en este momento existen naciones
que no desean la guerra y que están dispuestas a defender a todas
aquellas que sean objeto de chantaje, terrorismo, violencias, pobreza o
destrucción de su pueblo. La tensión proseguirá este año y la
Conferencia de Ginebra evidenciará los desacuerdos efectivos, símbolo de
que los intereses entre la paz verdadera y el “mundo libre” continúan
en contradicción antagónica.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/expertos/carlos-santa-maria/view/117927-comunismo-realidad-capitalismo
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